Por Elena Serrano
En Mayo 2015, la revista New Yorker publica una portada diseñada por Bruce McCall’s, “The World of Tomorrow”, en donde el artista representa en clave de humor algunos inventos importantes de la vida diaria en la historia de la humanidad. En las distintas cabinas de una extraña máquina, 17 hombres y 4 mujeres trajinan con la bombilla, la rueda, el fuego, la bomba atómica, el teléfono, la fórmula E=mc2, y un hula-hoop entre otras invenciones.
http://www.newyorker.com/culture/culture-desk/cover-story-2015-05-18
El gráfico tiene un carácter lúdico, pero esconde también aspectos inquietantes para un historiador de la ciencia. En el seminario de hoy proponemos fijarnos en las asunciones historiográficas en las que se basa y sus consecuencias para entender las relaciones entre ciencia y género. Concretamente analizaremos tres ámbitos:
Espacios, prácticas cotidianas, cultura empírica: ¿Estamos proyectando conceptos actuales sobre qué es ciencia y qué es innovación para analizar el pasado? ¿Qué ocurre cuando analizamos las prácticas empíricas con una mirada más amplía que incluye espacios cotidianos, talleres y mercados además de instituciones científicas?
Co-construcción de ciencia y género: La ciencia refleja las convenciones de género de las sociedades que la producen y consumen. Pero también influye sobre cómo se entiende lo masculino y lo femenino: “Gendered knowledge informed the gendering of natural kinds and vice versa” (Milam and Nye, 2015). ¿Hasta qué punto estamos proyectando nuestras categorías de género actuales para analizar las prácticas de las mujeres en el pasado?
Metáforas, lenguajes, género. Lenguaje e imágenes sirven para pensar, discutir y comunicar nuestras ideas científicas. ¿Hasta qué punto estos mecanismos reafirman las categorías binarias masculino/femenino, privado/público, popular/profesiona